Santo domingo, 03 de enero de 2010
Revisando el 3er, boletín del Centro de Operaciones de Emergencias de la Republica Dominicana, los datos revelados nueva vez baten records en los excesos cometidos por desaprensivos, que no obstante están advertidos de las regulaciones de las leyes nuestras y las disposiciones administrativas, en Operativos Especiales para la preservación de la vida, siguen creando los picos estadísticos con un saldo de luto y dolor al hogar Dominicano.
Utilizando un comentario callejero con relación a la invención del motor de uso domestico o utilitario, reflejan la venganza por las muertes de las Bombas de Hiroshima o Nagasaki, pues si se comienza desde su industrialización hasta la fecha, estas han multiplicado con creces las del impacto genocida de las mismas.
Los motoristas en sus diferentes denominaciones, han roto todo tipo de pronósticos generados por expertos en el área, cuadruplicando, quintuplicando los mismos con saldos nada favorables, llenando de luto a la familia Dominicana, preparando a los decisores del Estado a tener que ser Drásticos ante estos excesos cuasi incontrolables.
Llego la hora de Ponerle el Cascabel al Gato, y está en mano de las autoridades del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo hacerlo, ya que allí se conglomeran todos los organismos del Estado vinculados a las Regulaciones, La ley y El Orden en el país.
Este cascabel, necesita iniciar con la creación de Horarios, la prohibición de pasajeros y la más efectiva, La Prohibición Total de la Circulación de los mismos, al igual como se hace con los vehículos pesados, quienes en su oportunidad, décadas atrás, eran la primera pagina de los periódicos del pais por el impacto de los accidentes y muertes que causaron en su momento los mismos.
La prohibición, deberá ser desde la A a la Z, con normativas verticales, con sanciones que reduzcan al mínimo, porque no a CERO, las muertes por accidentes en motores y pasolas (scooter), reglamentación que arrastre a todos los miembros del sistema, para ser ejemplo de las mismas y poder exigir con calidad moral, no con "el haga lo que yo le digo, no lo que yo haga", definiendo de esta forma una nueva política de Estado ante los números fatídicos que le dan la bienvenida a la segunda década del siglo XXI.
Eddy R. Matos
CEO
Fundación Mare, INC
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