VENEZUELA: A 30 AÑOS DEL ACCIDENTE DEL DOUGLAS C-47 A MATRÍCULA HK-1393 OCURRIDO EN EL PÁRAMO EL JUDÍO

 
 

Viernes 21 de noviembre de 2008.-  Caracas – Venezuela. - Hoy se cumplen 30 años del accidente de la aeronave Douglas C-47 A matrícula HK-1393, de la empresa Taxi Aéreo El Venado, que volaba con 25 pasajeros y 3 tripulantes, entre Cúcuta, Saravena y Arauca, aeropuertos ubicados en Colombia.

 
 

La aeronave fue declarada en emergencia cuando volaba en su ruta sobre territorio venezolano del estado Táchira, iniciándose la búsqueda por parte de las autoridades aeronáuticas de Venezuela, desde la Base Aérea "Buenaventura Vivas" de Santo Domingo, estado Táchira, con apoyo de la Fuerza Aérea Venezolana y de empresas privadas de helicópteros, siendo localizado el avión el día 24 de noviembre por la tripulación del Douglas C-47, YV-O-MTC-12 (EX O-MC-2) de Búsqueda y Salvamento.

 
 

El HK-1393 fue avistado, estrellado e incendiado en el Páramo El Judío, ubicado en la zona limítrofe del estado Táchira, con el estado Apure y Colombia, al sur-Oeste de la Base Aérea "Buenaventura Vivas" o BAVIVA. Sus restos se encontraban próximos al borde de un farallón, pared o acantilado casi vertical de unos 600 metros, a una altitud de 11.200 pies, y sin señales de sobrevivientes.

 
 

La penosa labor de recuperación de los cuerpos fue cumplida con dos grupos de trabajo integrados por miembros del SAR (Búsqueda y Salvamento), los Grupos de Rescate Andino, Domingo Peña, Lara, Cuerpo Técnico de Policía Judicial, Bomberos de San Cristóbal, Distrito Federal y Aeronáuticos de La Carlota, con la presencia de los representantes de Defensa Civil de Cúcuta, Aeronáutica Civil de Colombia y de la empresa explotadora de la aeronave siniestrada, bajo condiciones meteorológicas adversas, con apoyo de baquianos de la zona.

 
 

Para ello fue muy importante el apoyo aéreo brindado por la Fuerza Aérea Venezolana, en principio con el helicóptero Allouette III matrícula 2108, al mando del piloto: Teniente (AV) Roberto Durán Rodríguez "Cuchillo" y el Bronco OV-10 matrícula 5808, con el Teniente (AV) Luis Villavicencio "Vikingo" y sus jefes de máquina, de empresas privadas como la Línea Aérea IACCA de Barinas con el piloto Arnaldo Bazzicheli en el helicóptero Lama SA-315B matrícula YV-318 A, el piloto Eladio Roca Boulton en el Bell Ranger YV-108C de Aerotécnica, dos UH-1H de la Fuerza Aérea Venezolana y el Bell 205 A matrícula YV-O-KWH-2 de CADAFE, estos últimos adscritos al Plan República.

 
 

El personal de rescate tuvo acceso por aire hasta un helipunto establecido sobre terreno rocoso e inclinado, donde fue instalado el campamento; lugar que distaba a unos 800 metros del sitio del accidente, mientras que el apoyo logístico enviado por tierra con los baquianos del poblado de Las Copas y de sus mulas, fue implementado días después, gracias a la coordinación del Lic. Julio Lescarboura del RCC Maiquetía.

 
 

La caminata entre el campamento y el lugar del accidente se cubría en un tiempo de 45 minutos, con dos paradas intermedias para descansar y saltar sobre una grieta de casi un metro de ancho, entre cuyos bordes quedó atascado un miembro de rescate, quien se salvó de caer a las profundidades de la abertura gracias a su morral y al arrojo de sus compañeros quienes le auxiliaron en el momento.

 
 

La recuperación de los cuerpos fue muy penosa, al igual que la identificación, el empaque de los restos y su traslado hasta una roca en el lugar del accidente, donde fueron depositados para esperar que mejoraran las condiciones meteorológicas y ser trasladados en eslinga por el helicóptero Allouette 2108 de la Fuerza Aérea Venezolana.

 
 

El personal del segundo grupo bajó por tierra un día antes de las elecciones de ese año 1978 y llegó al poblado de La Revancha tras cubrir un descenso de ocho horas. El primer grupo tuvo mejor suerte y fue evacuado por los helicópteros desde el campamento.

 
 

Días después las condiciones meteorológicas mejoraron. El piloto Teniente (AV) Roberto Durán Rodríguez, en compañía del Coronel (AV) Hugo Borrel Icaza, Comandante de la Base Aérea "Buenaventura Vivas", voló hacia la piedra donde se encontraban los restos de las víctimas. Desde allí fue realizada una operación de enganche con una eslinga improvisada de los restos por miembros del Grupo de Rescate Andino y Domingo Peña, siendo trasladados en tres vuelos hasta el poblado de La Revancha, estado Táchira.

 
 

En un terreno de La Revancha, bomberos, grupos de rescate, Defensa Civil y militares, entre otros, con la coordinación del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, introdujeron los restos en los ataúdes, siendo trasladados los mismos a Cúcuta, Colombia por un vehículo militar, siendo entregados a las autoridades colombianas y familiares de las víctimas por una comisión integrada, entre otros, por Apolinar Bolívar del RCC de Maiquetía.

 
 

Varias veces, en el campamento y en el lugar del accidente, los representantes de la empresa explotadora de la aeronave y autoridades colombianas, asomaron la idea, y en un momento dado, propusieron el plan de declarar "camposanto" el lugar del accidente y dejar allí abandonados los restos de los fallecidos.

 
 

A 30 años del accidente y de la penosa labor de recuperación de los restos de las personas quienes viajaban en esa aeronave, con mucho orgullo me permito escribirles estas líneas, exaltando una frase: "Ningún cuerpo quedó en la montaña".

 
 

Alguien me dijo hace años que fuimos unos héroes pero le respondí que no fuimos tales héroes; solo un instrumento de Dios para realizar una labor en un momento dado. Los hombres pasamos y las instituciones quedan, pero gracias a nuestras acciones, buenas o malas, será la historia quien juzgará nuestro proceder.

 
 

Lamento mucho no poder enviar físicamente estas palabras a nuestro apreciado Julio Lescarboura Solá, quien fue partícipe activo de esta actividad y merece un gran reconocimiento. Julio, quien en días pasados se elevó a otros planos, nos reunió también en el Cementerio de La Guairita en Caracas, para rendirle tributo al "Último Romántico", como le llaman muchos de sus amigos.

 
 

No obstante desde allá, desde lo alto, les aseguro que Julio comparte con nosotros el haber cumplido con nuestro deber en el Páramo El Judío y solo me resta decirles que le doy gracias a Dios por habernos mantenido con vida y permitirnos, a los 30 años de este episodio, recordar el esfuerzo realizado por todos los que de una forma u otra participamos en esta labor y nos reconforta que los familiares de los fallecidos, tengan un lugar para rendirles tributo, con la certeza de que sus restos se encuentran allí.

 
 

Sirva este mensaje como un homenaje a las víctimas de este accidente de aviación, a manera de reencuentro de quienes participamos en la labor de búsqueda y recuperación de los pasajeros y tripulantes de la aeronave Douglas C-47, matrícula HK-1393, trabajo que realizamos en condiciones que particularmente considero fueron extremas. Solo me he permitido nombrar a algunas personas, sin dejar de reconocer el mérito que corresponde además al resto de quienes integramos el equipo de trabajo.

 
 

Sin más por los momentos, me suscribo de ustedes, compañeros de El Judío y les confirmo que aún tengo en mi poder el documento ORIGINAL del segundo grupo de trabajo o declaración DEL PÁRAMO EL JUDÍO, aunque no tiene las firmas de quienes lo suscribimos. Agradezco que cada quien me escriba y me diga en cual grupo o que actividad realizó para determinar su dirección de correo electrónico e integrar así la data del grupo del Páramo El Judío.

Atentamente,

 
 

Cap. (BA) Harry Saúl Ramírez Suárez

E-mail: harry_ramirez@hotmail.com

 
 

Caracas, 21 de Noviembre de 2008  

 
 

FUENTE: Cap. (BA) Harry Saúl Ramírez Suárez

 
 

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